martes, 21 de septiembre de 2010

# Malos tiempos para las buenas políticas



 Cierro verano con un perspicazzzzzzz artículo de mi maestra Elena Simón, me lo envía una amiga que, como otras tantas,  andamos pre=ocupadas por el "silencioso" cierre de los organismos de igualdad.

La Verdad.es enlace
21.09.10
Para las personas que creemos, practicamos y celebramos la democracia incluyente, sus discursos y sus prácticas, está claro que las políticas sociales e ideológicas de bienestar y equidad, son la muestra de que la democracia está al servicio de la ciudadanía, en la que las mujeres ya representan hoy más de la mitad.
Todas las sociedades del mundo tienen una deuda histórica con esta importante mitad de la población, pues todas las sociedades del mundo hasta la fecha la han tratado de desigual forma que a la otra mitad: a la baja, con deberes añadidos y derechos restados.
Por esta razón nuestra democracia fue creando escalonadamente diversas Instituciones de Igualdad de distinto alcance: Institutos de la Mujer, Secretarías, Concejalías, Agencias, Comisiones, Institutos de investigación, Oficinas, Unidades de Igualdad, etc. Significaron y significan el espacio real y simbólico donde compensar desigualdades, el motor para que otras administraciones, instituciones y servicios funcionen de forma igualitaria, la voz pública de los programas y proyectos que se emprenden para eliminar violencia de género, desigualdad laboral o discriminación social, el amparo y patrocinio de las iniciativas teóricas y prácticas para hacer la vida de las mujeres un poco más justa y adecuada a los tiempos que corren.
Pero también es cierto que se sostienen de milagro, faltas de apoyo y reconocimiento por parte de quienes las crearon sin mucha convicción, como si se tratara de una amable y caballerosa concesión. Los varones con poder no han aprendido de forma sistemática que las mujeres son sus iguales. En todo caso que de vez en cuando conviene escucharlas y ceder a sus peticiones, para que no se pongan pesadas o para que lo devuelvan con agradecimiento.
Lo mismito que en casa. Por eso cuando se trata de recortar no dudan casi nada: los presupuestos de y para las mujeres son siempre recortables, prescindibles. Ellas lo aceptarán de grado pues bien saben que hay otras cosas mucho más importantes y, en todo caso, se puede apagar la reacción adversa con alguna promesa enrevesada, que convierte en mejor lo que en realidad es peor.
Los hombres con poder para quitar y poner, para ejecutar, decidir y priorizar, nunca han tenido ni tienen en su agenda las prioridades de las mujeres. Las políticas de Igualdad les parecen un lujo, equivalente a unas joyas o un abrigo de visón, y por eso no se les mueve ni un músculo al eliminar las instituciones de Igualdad, sean ellos socialdemocrátas o no.
A la eliminación del Instituto de la Mujer de Castilla la Mancha ha seguido la del murciano y el gallego. Hace ya muchos años desapareció el de la Comunidad Valenciana. Tenemos que despertar las alertas, mujeres y hombres que creeemos en las democracias incluyentes.

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