viernes, 30 de marzo de 2012

# El despertazo con Gallardón

“La libertad de maternidad es lo que hace a las mujeres auténticamente mujeres”, con esta frase reduccionista y misógina despertaba ayer a las 6:18 am. Mi bebé estaba intranquilo y decidí levantarme a preparar un biberón, tomar una taza de café y despejarme un poco escuchando las noticias en la radio.

No hicieron falta ni los efectos del café, ni la insistencia del niño para desperezarme. El “despertazo” de don Gallardón me situó en la más atómica de las vigilias.

El mamífero Gallardón. Ese animal político de derechas, bizarro y valiente, se señorea por el Senado, noble espacio de sobrada utilidad ciudadana, con la firmeza y naturalidad de el que se sabe ganador, libertador. Un Luther King campeador.

Mientras, Yo. Mamífera “auténtica” desde hace nueve meses, en vela toda la noche cuidando del cachorro,  me desplazo torpe y lenta en mis movimientos por la Cocina, ese reducto sagrado para la hembra humana, con la conciencia de la que se sabe vulnerable, necesitada de protección. Una mártir de lo cotidiano.

Lo público y lo privado, cada cual en su espacio, no vayamos a confundirnos. Que así debe de ser.

Una vez cambiado el pañal y alimentado el niño, la criatura vuelve a su plácido sueño, seguro y confiado de saberse protegido por la madre, mujer auténtica, que le seguirá velando incondicional (gracias carlos gonzález y demás new age pediátrica chunga de la crianza con apego).

Comienza entonces mi liberadora tarea recogiendo una lavadora, mientras preparo en la olla el potito casero, en una cálida jornada que me llevará por placeres ocultos, pero placeres al cabo, que hacen de lo cotidiano una obra de arte. 

Sabedora ya de que el macho nombra y defiende mis derechos allá en lo público, me relajo y disfruto de la libertad concedida. Qué maravilla tía.

Mientras, en algún dulce hogar madrileño, alguien aguarda, liberada, a Gallardón, con el cocido humenate y cómodas zapatillas para andar por casa. Con la ilusión de que encuentre todo en orden, niños bañados y en silencio, para el merecido descanso del guerrero.
Mírate en la misma línea: La mujer tiene que volver al hogar, Javier Arenas esto es como en national geograPPhic

miércoles, 7 de marzo de 2012

# 8 de marzo de 2012


Un año más renuevo mi compromiso con esta lucha que hace años, no sé en qué momento, comencé. La vindicación de mis derechos y libertades, junto al del resto de mujeres, en un mundo que nos sigue tratando como ciudadanas de segunda.
El compromiso conmigo misma y con las demás por el control de nuestros cuerpos y decisiones.  Como dice soledad murillo, "cuando apuestas por tí misma, los vestidos se quedan viejos". Apostemos compañeras, que nadie ni nada nos haga seguir vistiendo el traje de la opresión.


De la piel para dentro empieza mi exclusiva jurisdicción. Elijo yo aquello que puede o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano, y las lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país.